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Modelos de Negocio en el Turismo Rural Comunitario: Lecciones desde Brasil, Perú, Portugal y Costa Rica

Updated: Sep 10

El Turismo Rural Comunitario (TRC) es, sobre todo, un modelo de gestión que articula dimensiones económicas, sociales, culturales y ambientales. Las lecturas trabajadas en clase, sumadas a experiencias de diferentes países, nos permiten reflexionar sobre qué estructuras empresariales son más adecuadas y cómo estas pueden adaptarse a distintas realidades latinoamericanas.


En Brasil, las iniciativas de Turismo Rural (TR) y Turismo Rural Comunitario (TRC) suelen organizarse en torno a emprendimientos familiares y cooperativos. El Programa de Turismo Rural Cooperativo desarrollado en 2002 por el sistema OCB/SESCOOP, en alianza con el Ministerio de Turismo, demostró que el cooperativismo es una herramienta eficaz para organizar pequeños productores y crear productos turísticos colectivos (Barbosa, 2008)


La estructura más frecuente incluye:


  • Emprendimientos individuales o familiares registrados como microempreendedor individual o como pequeñas empresas (LTDA).

  • Cooperativas rurales, que permiten compartir infraestructura, comercialización y beneficios.

  • En menor medida, sociedades anónimas (S.A.), usadas solo en grandes proyectos turísticos.


A diferencia de Costa Rica, donde el TRC se consolidó como política nacional con apoyo estatal y certificaciones de sostenibilidad, en Brasil el modelo está menos articulado y depende más de iniciativas locales y del capital social de las comunidades.


Un ejemplo inspirador es la comunidad de Tumbira, en el Amazonas, donde los propios habitantes reciben visitantes en casas familiares, organizan paseos por la selva y talleres culturales, y con ello generan ingresos alternativos frente a actividades extractivas, al mismo tiempo que fortalecen la conservación de su territorio.



Aspectos aplicables en América Latina


En Perú se desarrolló una guía práctica para emprendedores comunitarios que ofrece una visión clara de cómo formalizar iniciativas de turismo: desde la elaboración de un plan de negocio hasta la obtención de licencias, la capacitación de los miembros y el diseño de estrategias de promoción digital.


Varios de estos aspectos son universales y pueden trasladarse, con adaptaciones, a casi cualquier contexto latinoamericano. Un proyecto comunitario necesita organización interna, legalidad para operar y visibilidad para atraer visitantes.


En Brasil, la diferencia está en la burocracia. Aunque existen figuras jurídicas equivalentes (persona física, LTDA, S.A.), los trámites suelen ser más complejos, con exigencias en niveles municipales, estaduales y federales. Esto hace que muchas iniciativas funcionen de manera semiforma, lo que limita su acceso a financiamiento o certificaciones, incluso cuando poseen un gran potencial de impacto positivo.



Experiencias internacionales como inspiración


En Portugal, una red conocida como 5x5 logró integrar distintas modalidades (alojamientos rurales, cicloturismo, rutas pedestres, turismo ecuestre y panorámico) para crear productos colectivos e innovadores. Este modelo de redes temáticas muestra cómo la cooperación puede generar visibilidad y atraer mercados internacionales.


Costa Rica, por su parte, institucionalizó el TRC con programas nacionales de apoyo y una certificación de sostenibilidad turística reconocida internacionalmente. El resultado es que las comunidades no solo reciben visitantes, sino que también logran posicionarse en un mercado global con un sello de autenticidad y compromiso ambiental.



Reflexiones y nuevas ideas


De estas comparaciones surgen varias inquietudes y propuestas:


  • En Brasil, el cooperativismo sigue siendo la vía más prometedora, pero necesita fortalecerse con capacitación, infraestructura y certificaciones.

  • La creación de redes territoriales, como en Portugal, podría ayudar a superar la fragmentación de los proyectos brasileños.

  • La incorporación de principios regenerativos, como en el Rancho Margot (Costa Rica), demuestra que el turismo puede ser también un espacio de aprendizaje sobre circularidad y sostenibilidad.

  • El uso de plataformas digitales comunitarias sería clave para dar visibilidad a pequeños emprendimientos y conectarlos con mercados nacionales e internacionales.


El Turismo Rural Comunitario es una apuesta por regenerar territorios y comunidades. En Brasil, los emprendimientos familiares y cooperativos son el punto de partida, pero las experiencias de otros países nos muestran que es posible avanzar hacia modelos más articulados, certificados y regenerativos.


El desafío principal es enfrentar la burocracia y la falta de integración, pero también existe una gran oportunidad de convertir el turismo rural en un camino de transformación cultural, social y ambiental para toda América Latina.



Referencias


  • Barbosa, A. R. (2008). Turismo rural cooperativo: abrindo a porteira para a sustentabilidade. Universidade Federal da Bahia.

  • Moutinho, S. (2010). Proyecto 5x5: Redes temáticas integradas de Turismo Rural. Privetur, Lisboa.

  • Centro de Estudios y Desarrollo Rural (2013). Manual del emprendedor en Turismo Rural Comunitario. Lima: Ministerio de Comercio Exterior y Turismo del Perú.

  • Organización Mundial del Turismo (OMT). (2001). Turismo alternativo: nuevas formas de turismo. Madrid: OMT.

  • Ruiz-Ballesteros, E. (2011). Turismo comunitario y desarrollo: Una experiencia de trabajo con comunidades indígenas en Ecuador. Quito: Abya-Yala.

  • The International Ecotourism Society (TIES). (1990). Definition of Ecotourism.

  • Cánoves, G., Villarino, M., & Herrera, L. (2005). Turismo en espacios rurales: entre la competitividad y la sostenibilidad. Cuadernos de Turismo, (15), 63-81.

  • Pérez, J. (2012). Turismo y desarrollo local. México: Editorial Trillas.

  • Buckley, R. (2006). Adventure Tourism. Wallingford: CABI Publishing.


 
 
 

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